Circular con un embrague en mal estado puede desencadenar grandes averías muy costosas de reparar ya que a pesar de tratarse de una pieza aparentemente sencilla su buen funcionamiento es clave para optimizar el rendimiento de cualquier vehículo. La principal función del embrague es la de llevar la fuerza del motor hacia la caja de cambios.
Para saber si a un embrague le ha llegado el momento de ser sustituido es fundamental tener en cuenta ciertos aspectos como el deslizamiento que se produce cuando un coche sube considerablemente el nivel de revoluciones sin alcanzar la velocidad deseada. Otros de los síntomas más fáciles de identificar son el desagradable olor a quemado debido a un recalentamiento o los ruidos extraños tanto al embragar como al poner el coche en punto muerto. En ocasiones también se puede detectar una cierta dificultad en el pedal a la hora de cambiar de marcha.
Con el paso del tiempo el embrague se va desgastando, al ser una pieza que necesita un mantenimiento periódico es posible que su desgaste sea mayor en vehículos que circulan a menudo por ciudad lo que implica numerosos cambios de marcha así como frenadas y arrancadas. A la hora de decidirse por realizar un cambio de embrague es fundamental contar con un taller de confianza donde se pueda obtener información clara y sencilla sobre los distintos modelos y tipos de embrague diferentes. El tener que cambiar un embrague puede deberse a un desgaste lógico de la pieza o ser consecuencia de un deterioro causado por el mal uso en conducción, de cualquier manera es fundamental vigilar siempre su estado y actuar con la mayor rapidez una vez que se empiecen a notar los primeros síntomas de mal funcionamiento. Gracias a la prevención y el mantenimiento es posible evitar grandes gastos en costosas averías.
Solicitar Cita taller